Este artículo está disponible en wayuunaiki
Por María Alvarez Malvido, basado en la investigación “Brecha digital y vacío informacional entre la comunidad wayúu” de Leonardi Fernandez y en conversación con el autor.
Un vistazo a la lengua
“El idioma wayuunaiki es una lengua amerindia originaria de la península de La Guajira; es hablado en el departamento Colombiano de La Guajira y en el norte del estado venezolano del Zulia; pertenece a la familia lingüística arawak, subfamilia maipureana, tronco norte, cercanamente relacionado con la lengua de los añú de la costa zuliana, la de los lokono de las Guayanas y la de los taínos de las Antillas.” – Wikipedia
Reconocimiento: Lengua nacional – Colombia, cooficial en el estado de La Guajira, cooficial en Venezuela
Estado de la lengua: 5* (En desarrollo) – “La lengua tiene un uso vigoroso, y algunos utilizan la literatura de forma estandarizada, aunque todavía no está extendida ni es sostenible” – escala EGIDS, Ethnologue
Recursos de seguridad digital en esta lengua:
- Andando en Redes: Herramientas para el bienvivir digital (Networking: Tools for digital survival) de Internews, Universidad del Rosario, ISUR y La Sónica. (CC BY-SA 2.5 CO)
Herramientas de seguridad digital en esta lengua
- Signal ❌
- TOR ❌
- Psiphon ❌
El pueblo wayúu guarda en su memoria una larga historia de cambios y adaptaciones. Resistencias tan persistentes como su permanencia ante la imposición de una frontera que atraviesa su territorio para distinguir a Colombia de un lado y Venezuela del otro. La lengua wayuunaiki es a su vez testigo de otras transformaciones más recientes como aquellas relacionadas con el uso de las herramientas digitales por las que ahora viaja la palabra. Y como todo cambio acelerado en un territorio, las nuevas formas de comunicación generan preguntas y requieren de nuevas estrategias de cuidado colectivo.
¿Cuál es la percepción de seguridad en este entorno digital para las personas adultas del pueblo wayúu? ¿Cuáles son los riesgos y consecuencias generados por la falta de información dirigida a esta población en particular? Leonardi Fernandez, originario de Maracaibo, Venezuela, estudiante wayúu de antropología social y cultural en la Universidad de Zulia, explora estas preguntas en el estudio Brecha digital y vacío informacional entre la comunidad wayúu, como un punto de partida hacia imaginar estrategias de información para la seguridad digital en su territorio.
Leonardi sabe que se trata de preguntas relevantes para el pueblo wayúu, por su desplazamiento en el territorio y escucha constante de vivencias y adversidades que han vivido otras personas en relación al uso de teléfonos celulares. Experiencias como estafas y robo de identidad vía WhatsApp, que reconoce como consecuencias de lo que nombra un “vacío informacional”.
Este vacío, dice, “excluye a los pueblos indígenas del acceso a la información (sobre las herramientas digitales) contextualizada y adaptada a sus particularidades culturales, y la necesidad de crear ese acceso, desde el conocimiento a las dinámicas de la lengua y del territorio”.
Un pueblo transfronterizo
El pueblo wayúu está ubicado en la península de la Guajira, y es una de las poblaciones indígenas más numerosas en ambos países. Del lado venezolano, representa el 11% de la población del estado Zulia y del colombiano, el 45% de los habitantes del Departamento de la Guajira en Colombia. El 97 % de la población habla su idioma tradicional que es el wayuunaiki, indica el estudio. Para Leonardi los movimientos y la capacidad de adaptación del pueblo wayúu son también relevantes para situar sus preguntas y aprendizajes en un contexto específico. Explica:
“Dada las características socioculturales, los wayúu se han adaptado y han negociado históricamente con los extranjeros que se adentraron en sus territorios, dando lugar al levantamiento de poblados y ciudades en algunas zonas de la Guajira. En todo ese proceso intercultural, muchos wayúu se establecieron en ciudades o sus territorios fueron anexados o quedaron atrapados dentro de la urbanidad; como ha ocurrido en ciudades como Riohacha y Maicao en Colombia o Sinamaica y Maracaibo en Venezuela”.
Es en este contexto de migración a las ciudades, es donde se concentra el mayor acceso a las telecomunicaciones y las personas que participan en su estudio: personas wayúu adultas de entre 35 y 45 años, habitantes de entornos urbanos y usuarias del Internet a través de teléfonos móviles. Para aprender de sus experiencias, percepciones de seguridad, detectar necesidades y así imaginar posibles estrategias para un mejor uso desde el territorio, entrevistó a tres de ellas: dos del lado de Colombia y una de Venezuela. Todas comparten ser hablantes del wayuunaiki, y también diferentes experiencias de fraude o robo de identidad a partir del uso de celulares. Las tres personas tienen diferentes trayectorias y ocupaciones: un profesor universitario, columnista e investigador; una mujer dedicada a las labores del hogar y comerciante, y finalmente, una persona dedicada a las labores del hogar y a promocionar el uso de wayuunaiki en los medios digitales. Todas, usuarias activas de los celulares y redes sociales.
¿Por qué esta población específica? Porque la considera en aumento dado la migración de los espacios rurales a las urbes, y porque es de quienes ha escuchado hablar sobre sus experiencias negativas en cuestión de seguridad. Además, el estudio se centra en el uso del celular porque, explica Leonardi, funciona para las personas wayúu “como un dispositivo que facilita a la comunicación, así como uno de entretenimiento y registro a través de fotografías. Asimismo, es en gran medida el dispositivo para acceder a internet, sobre todo en las ciudades.” Si bien no existe una estadística sobre el uso de celulares en el pueblo wayúu, el estudio reconoce un acelerado incremento de la presencia de los celulares en zonas rurales y en la ciudad a partir de la pandemia por el COVID-19 y el movimiento de espacios hacia la virtualidad, sobre todo en el acceso a la información por parte de los estudiantes.
Percepción de riesgos
El estudio revela que los riesgos más percibidos son el acoso, y la creación de cuentas falsas, así como los posibles fraudes relacionados al robo de identidad. Cuenta una de las personas:
”Realmente nunca me imaginé, primero por la falta de información. Pensé que la política de WhatsApp la hacía privada y segura, nunca pensé que una persona que tendría su número personal, su WhatsApp personal, podría ser hackeado, nunca lo imaginé y por eso es que yo caigo de manera tan inocente.”
Los participantes de este proyecto de investigación coincidieron, desde sus experiencias, en que la información sobre seguridad digital puede concientizar a la población wayúu para generar mejores hábitos a la hora de usar estos medios digitales. Asimismo, que la información debe adaptarse y circular entre la población wayúu para advertir y evitar situaciones que comprometan a un individuo o colectivo. Y es que para Leonardi, la información sobre cuidados en el espacio digital está generalmente en una perspectiva occidental, y en el caso wayúu debería ser pensada, por ejemplo, desde el territorio, “como lo es el respeto al espacio personal, a los lugares sagrados y el cuerpo como representación del pudor wayúu”.
Limitaciones existentes
Si bien existen algunos esfuerzos gubernamentales y desde ambos Estados para facilitar el acceso a infraestructura de conectividad en el territorio (como la Red Local Wayúu con fundación KARISMA en Colombia, y Canaima en Venezuela) existe un vacío sistemático sobre los temas de seguridad digital y las afectaciones que éstas pueden tener sobre la vida social de una persona. Leonardi explica:
“En gran medida los planes educativos de alfabetización tecnológica se centran en explicar el funcionamiento y las partes del hardware de los equipos y computadores. Dejando de lado mucha información relacionada con el software y las amenazas que existen en los medios digitales.”
El único esfuerzo que encuentra el estudio con información sobre seguridad digital adaptada a la comunidad wayúu, es ’Andando en redes’’, en lengua wayuunaiki ‘’Wakua sulu’u eje’ipajiraa’’. Para Leonardi, “si bien presenta avances en la escritura del idioma wayúu usando un lenguaje sencillo y manejable, la escritura continúa siendo un medio limitado para el territorio”.
Asimismo, Leonardi destaca otros tipos de limitaciones, vinculados a la capacidad de respuesta y a acompañamiento por parte de las instituciones ante sucesos que sean considerados delitos digitales. Por un lado, no existen planes o estadísticas que midan el porcentaje de wayúu víctima de estafas o violencia en los medios digitales. Por otro lado, no existen canales de denuncia que valoren el idioma wayuunaiki y resultan necesarias personas capacitadas para atender a la comunidad wayúu en el caso de que se den situaciones de vulnerabilidad digital que precisen de intermediarios monolingües.
Hacia una información accesible
Para que la información realmente circule, se deben de reconocer las formas de comunicación wayúu, en las que el conocimiento y la memoria han viajado por tanto tiempo junto con la lengua.
En voz de uno de los participantes:
”Puede estar disponible en wayuunaiki, tanto escrito como verbal, pero no olvidemos que gran parte de nuestra población y la información nuestra es muy oral, entonces se pueden tener mensajes de voz que pueden ser claves en esto. A veces no todo el mundo tiene acceso a la grafía del wayuunaiki, aunque sea un hablante competente en el wayuunaiki, pero mucha población tradicional puede no hacerlo, por eso lo oral, los mensajes de voz son muy importantes.”
Asimismo otra participante sugirió ocupar espacios ya estratégicos y diversos formatos que circulen dentro del territorio:
”Yo creo que por todos los medios debería de colocarse por folletos, en la escuela, como una materia, en vallas, lo que sea pero debe darse la información y que llegue, una campaña, porque es un riesgo muy grande y debemos tener mucho cuidado con esto.”.
Tomando en cuenta estas reflexiones y conocimiento desde las mismas personas usuarias, Leonardi presenta una serie de recomendaciones, con la intención de que puedan ser un punto de partida hacia una estrategia de difusión, así como insumos que le sirvan de apoyo a cualquier comunidad lingüística que comparta estas limitaciones o desafíos.
Recomendaciones:
- Es necesario valorar la particularidad cultural plasmando la información acorde al contexto wayúu. Así como reconocer canales locales de comunicación, como la oralidad.
- Es preciso incentivar los liderazgos locales para llegar a la población que requiere de acompañamiento sobre el uso y las buenas prácticas de los medios digitales.
- Cuando la información se lleva desde fuera y en español hacia una comunidad, tiene como resultado un gran vacío en la información sobre temas culturales que son necesarios para fortalecer los procesos identitarios en la actualidad. Por lo tanto, es necesario generar y sistematizar información local que permita a las personas docentes desarrollar metodologías educativas a través de la lectura y revisión de contenidos propios.
- Es necesario crear puentes a través de mecanismos ya existentes para advertir y generar conciencia sobre el uso de lo digital, sobre todo para las próximas generaciones wayúu que están más expuestas al mundo digital.
Este camino de investigación realizado desde y para el territorio wayúu, revela cómo el vacío informacional incide en la vulnerabilidad de las personas a la hora de enfrentarse a situaciones que comprometan su integridad tanto física como digital. Un primer paso, dice Leonardi, es plantear el tema de la privacidad como el respeto al espacio y a la integridad de la comunidad wayúu, así como a sus elementos culturales como el territorio, sitios sagrados, prácticas sensibles a publicación en plataformas y demás aspectos ligados a la identidad. Asimismo, escuchar las recomendaciones que aquí se presentan desde la palabra y memoria del pueblo wayúu hacia estrategias que respondan a sus necesidades locales. Entretejidas, siempre, desde el territorio y la lengua wayuunaiki.
Para encontrar más historias e información de las comunidades lingüísticas participantes, visita la página del proycto “Seguridad digital + lenguas”