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Facebook y privacidad en El Carrizal, una comunidad Men Diiste

Categorías: Seguridad digital + lenguas

Illustration by Sara Yatiní Domínguez Cruz for Rising Voices

Pronto estará disponible una versión de este artículo en zapoteco (zapoteco de la Sierra Sur Central – Diiste)

Basado en el estudio Gestionar la privacidad de Facebook, estrategias de jóvenes zapotecas de El Carrizal Paxtlán de Rodrigo Pérez Ramírez y en conversación con el autor.

La lengua en un vistazo

“El zapoteco es una macrolengua formada por diferentes lenguas zapotecas (62 variantes lingüísticas, nota: incluida la variante Zapoteco de la Sierra Sur Central – Diiste que es el objeto de este estudio) de unas 777.253 personas en Oaxaca y otros lugares, según se registró en el año 2000. Junto con el chatino, forma parte de un grupo lingüístico que pertenece a la rama otomangue de las lenguas mesoamericanas, junto con el mixteco, el mazateco y el popoloca, entre otras. Las lenguas zapotecas se hablan principalmente en los estados de Oaxaca y en la región sureste de Veracruz, en el sur de México.” – Wikipedia [1]

Reconocimiento: La macrolengua zapoteca es una de las 68 Lenguas Indígenas reconocidas como “Lenguas Nacionales

Recursos de seguridad digital en esta lengua:

  • Ninguna identificada

Herramientas de seguridad digital en esta lengua:

  • Signal ❌
  • TOR ❌
  • Psiphon ❌

El acceso a Internet en El Carrizal Paxtlán, en la Sierra Sur de Oaxaca, es un suceso reciente. Llegó en el año 2019 a la comunidad donde habitan los Men Diiste (gente zapoteca) y junto a ella, el uso de las redes sociales y nuevas estrategias por parte de las personas usuarias para sentirse seguras en este territorio digital. Así lo explica Rodrigo Pérez Ramírez, investigador y miembro de la misma comunidad, en su estudio realizado sobre el caso específico de Facebook.

Rodrigo es ingeniero agrónomo y activista digital, comprometido con hacer de internet un espacio para la diversidad lingüística.  A través de su investigación Gestión de la privacidad de la red social de Facebook de jóvenes zapotecas de El Carrizal Paxtlán, Oaxaca responde a una pregunta central ¿Cómo es que las y los jóvenes de su comunidad zapoteca gestionan su privacidad en dicha plataforma? 

Para él, las respuestas a esta pregunta deben tomar primero en cuenta el contexto rural indígena en el que está situada, en contraste a los contextos urbanos donde suelen enfocarse las reflexiones sobre seguridad digital y privacidad de manera generalizada. Porque, explica, “en las comunidades indígenas y rurales el contexto cotidiano es totalmente distinto al contexto urbano. Está muy ligado a la forma de vida y a la cosmovisión, lo que sucede allá no es lo mismo que nos sucede aquí”.

Parte de este reconocimiento del contexto rural en el cual sucede la vida de las personas participantes, se entrelaza con el reconocimiento de la vida comunitaria en relación con el territorio, así como sus condiciones demográficas y lingüísticas. En la comunidad de El Carrizal habitan 319 habitantes, 145 mujeres y 174 hombres. El 98.75% de la población se reconoce como indígena, de los cuales el 71.79% habla una lengua indígena y español y solo el 1.88 % no habla español INEGI (2020a). 

Las personas jóvenes que participaron en el estudio son dos mujeres y dos hombres de entre 21 y 29 años de edad. Uno de los resultados centrales para Rodrigo a partir de las entrevistas a profundidad con cada una de ellas, es reconocer que el uso de redes sociales no es una actividad central en la vida de las personas participantes: las cuatro expresaron utilizarlo sólo en el tiempo que tienen para el ocio, el cual les resulta limitado cuando su ocupación principal es la agricultura y el cuidado del hogar. Así mismo, en la investigación resalta que Facebook no es la red social más usada para las personas participantes, quienes prefieren utilizar WhatsApp para mensajes y la de YouTube para acceder a contenido formativo y de entretenimiento. 

Si bien el número de personas entrevistadas es reducido y resultaría un error generalizar su percepción con el resto de la comunidad, sus experiencias nos presentan ciertas ideas para pensar la privacidad y el uso de ésta red social desde éste contexto local. Como por ejemplo, que Facebook no es central para la comunicación en el territorio y si acaso es útil para la comunicación hacia afuera. También, como enfatiza Rodrigo, es importante mencionar que en la comunidad existen formas y espacios de comunicación propios, como la asamblea y el tequio, y el uso de la lengua zapoteca.

Sumando a estas consideraciones del contexto, Rodrigo analiza dos condiciones que resultan centrales para explorar el uso de las herramientas digitales y las estrategias de privacidad en su comunidad. Por un lado, que existe una desigualdad estructural en el acceso a las telecomunicaciones para los contextos rurales indígenas y como segunda condición, la capacidad de las personas usuarias para generar estrategias de cuidado en el uso de herramientas digitales, aun cuando el acceso a Internet es limitado y la información al respecto es casi nula y aún menos accesible en su lengua materna. 

Internet caro y limitado

En el Carrizal, como en la mayoría de las poblaciones rurales e indígenas en México, el acceso al Internet es limitado y caro. Así sucede también con los servicios básicos como los de salud, explica Rodrigo, los cuales se encuentran mayormente centralizados en las poblaciones urbanas.  “Referente a comunicación, los hogares presentan las siguientes características: el 39.19% cuenta con radio, el 55.41% tiene televisión, el 2.7% cuenta con un equipo de cómputo o laptop, el 4.05% tiene telefonía fija. Para el caso de la telefonía celular los datos arrojan que el 55.41% cuenta teléfono móvil y solo el 6.76% tiene acceso a internet en su hogar mediante la contratación de servicio satelital de banda ancha” (INEGI, 2020a). 

Como se percibe en las cifras que presenta el estudio, para las personas que habitan el Carrizal, el acceso a Internet no es ninguna garantía de comunicación. Rodrigo explica que no existe acceso por cable o fibra óptica, sino por internet satelital como en muchas zonas rurales que resultan remotas y no redituables para las compañías y el Estado. La comunidad no cuenta entonces con servicios de internet de banda ancha, y para acceder se tiene que contratar mediante servicios privados a través de fichas de tiempo aire y la renta de equipos de cómputo que ofrece un solo establecimiento de la comunidad. Otra forma de hacerlo es a través de la compra de una antena y una renta mensual del servicio satelital, o desplazarse aproximadamente cuatro kilómetros hacia las partes altas de la comunidad para acceder a la red 3G y 4G con dispositivos móviles.

Estas características, Rodrigo continúa, 

limitan la ampliación de las redes e infraestructura de telecomunicaciones manteniendo las brechas de acceso a conectividad en los sectores rurales con menores ingresos y alta marginación.

Así lo demuestran también los testimonios de las personas entrevistadas. Comenta una de ellas: 

me conecto a través de la red WiFi de un proveedor local y pago 250 al mes (12 USD), pero la señal es muy mala, hay mucha gente conectada en una sola antena y cuando está nublado o llueve no hay señal, pero sigues pagando el servicio.

Explica otra 

conectarse a internet es caro, yo pagué por la antena 4500 pesos (225 USD) con una renta mensual de 450 pesos (22 USD). Primero lo utilicé para la oficina de la localidad y lo compartía con mis compañeros del comité y a algunos estudiantes, al finalizar el mes me apoyaban de forma voluntaria con la renta y pagaba como 250 pesos. 

Así, aunque las personas crean sus estrategias para hacer el servicio más asequible, el costo del acceso a internet es alto y la calidad es baja o inestable.

Privacidad y seguridad desde El Carrizal

En este contexto de acceso limitado ¿Cómo los jóvenes de El Carrizal Paxtlán configuran gestionan su privacidad al momento de usar Facebook? Una hipótesis inicial en la investigación había sido que el limitado acceso a información sobre el uso y configuraciones de la plataforma  -y al mismo internet- resultaba en mínimas o nulas prácticas de seguridad de los usuarios. Sin embargo, se encontró con otra realidad. “Si bien existe un desconocimiento de los mecanismos de protección y privacidad en los dispositivos y en las configuraciones de la plataforma,  existe una conciencia acerca de los problemas que puede llegar a ocasionar la exposición de datos personales en la red social Facebook, y se aplican sistemas de protección que provienen de un entendimiento de la seguridad que es más amplio”. 

Algunos de los ejemplos se relacionan con estrategias preventivas como interactuar sólo con personas conocidas, o conocidas de conocidas, y limitar el uso de fotos de perfil. En voz de algunas de las personas: “he sabido por las noticias lo que sucede con Facebook por lo que trato de no usarlo mucho, no pongo fotos de mí y solo mando o contesto mensajes de amigos o familiares”. Comparte otra: “Yo no realizo ajustes de privacidad en mi perfil, lo que sí hago es no poner foto de perfil y no doy más datos que mi nombre abreviado. Tampoco cuento con muchos contactos, salvo algunos familiares y amigos y si no conozco a la persona que me envía la solicitud, no la acepto”. 

Las personas entrevistadas tienen sus propias estrategias a partir de una sensación de vulnerabilidad del uso de la plataforma. Para el investigador esto revela que sí existen prácticas de cuidado y seguridad en las personas jóvenes de su comunidad. Sin embargo, algunas de éstas implican un rol pasivo de las personas usuarias en Internet, pues el uso se inclina más a acceder a contenido de otras personas que a crear o difundir información desde el territorio, lengua y cotidianidad. ¿Cómo sería la participación de las personas usuarias en el El Carrizal si contaran con información sobre estrategias digitales para participar de manera activa en plataformas como Facebook? ¿Cómo impactaría esto en la creación y difusión de contenido digital creado desde el territorio? ¿Y en la diversidad lingüística y cultural que se dialoga en internet?

Rodrigo percibe que las estrategias de uso limitado de las personas puede estar relacionado con el contenido creado por la mayoría de los usuarios en internet actualmente, el cual refleja un entorno casi monolingüe (ya sea en español o en inglés) y limita la comodidad de usuarios de otras lenguas a ser usuarios activos y compartir sus puntos de vista. ¿Sería bueno que estuviera Facebook en zapoteco? les pregunta a las personas entrevistadas. Para algunas, acceder y crear contenido digital en zapoteco sería una manera de preservar la lengua. Para otras, la plataforma se basa demasiado en la lectura y escritura, como para responder a la oralidad de la lengua, lo cual se convierte en una potencial limitación para las personas que hablan el zapoteco, pero no lo escriben. 

Le devuelvo la pregunta a Rodrigo en relación con las diversas perspectivas ¿Y para ti sería diferente si estuviera en tu lengua? “para mí sí sería, me sentiría más seguro, más en mi ambiente. A veces siento que mi fisionomía, mi rostro, no cabe ahí. Una plataforma en diversas lenguas generaría una sensación de confianza en las personas usuarias de percibir un espacio que respeta y promueve la diversidad”.  

La relación de la seguridad digital con la diversidad lingüística parece un tema periférico en las discusiones de seguridad digital que se desarrollan desde contextos urbanos, y desde las mismas lenguas dominantes en el mundo online y offline. Por eso, como argumenta Rodrigo, resulta necesario reconocer y posicionar la diversidad de contextos y territorios cuando se habla de seguridad digital y privacidad en internet. Así como cuando se piensa en la información necesaria para promover la seguridad de las y los usuarios de las diferentes plataformas. 

Para avanzar en esas condiciones que reconocen la diversidad Rodrigo comparte las siguientes estrategias claves como recomendaciones: 

Si bien las personas en contextos rurales e indígenas como las de Carrizal, asumen y resuelven estrategias propias para sentirse seguras en el uso de plataformas como Facebook ¿Qué estamos perdiendo cuando estas estrategias se centran en limitar la participación de las personas? ¿Y cuando la diversidad de lenguas que habitan el mundo no encuentran un espacio seguro en las plataformas digitales? ¿Podemos imaginar, como dice Rodrigo, procesos que reconozcan al centro la diversidad lingüística para diseñar y promover estrategias de seguridad digital?

Referencias

Instituto Nacional de Estadística Geografía e Información (INEGI, 2020a). Aspectos geográficos de Oaxaca. https://inegi.org.mx/programas/ccpv/2020/#Tabulados [2]

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2020b). Encuesta Nacional sobre Disponibilidad de Tecnologías de la Información en los Hogares. https://www.inegi.org.mx/programas/dutih/2020/ [3]

Para más historias e información sobre comunidades lingüísticas participantes, por favor, visita la página del proyecto “Seguridad digital + lenguas” [4]