Mi sobrina de once años cursa el quinto grado de una escuela primaria federal en Peto Yucatán, México. Como parte de sus materias estudia maya yucateco e inglés; para reforzar el aprendizaje del idioma extranjero cuenta con el apoyo de aplicaciones gratuitas con las que practica diariamente, como duolingo y otras plataformas; sin embargo, para la lengua maya no encuentra algo parecido.
En el mismo pueblo vive Juan May Cardeña que hace más de diez años desarrolla software para la enseñanza del mayat'aan. Hasta el momento cuenta con dos aplicaciones para teléfonos celulares Android, y dos cursos virtuales de maya para subir a la red
Sus proyectos hasta ahora desconocidos podrían tener un impacto positivo para niños y adultos que buscan aprender maya usando las nuevas tecnologías, sin embargo, Juan, detallista y perfeccionista como és, explica que podría mejorar mucho sus aplicaciones si tuviera el apoyo financiero necesario.
Yo trabajo casi todo el día, me queda poco tiempo para programar y mejorar lo que ya tengo, además, ni internet tengo en la casa, mi laptop ya es viejita ylas herramientas que utilizo me limitan porque no tengo dinero para comprar las versiones completas
Reviso con Juan lo que ha creado y me emociona pensar que sus aplicaciones pudieran distribuirse por el PlayStore de Android o desde cualquier plataforma de Internet; pienso en mi sobrina jugando con las sopas de letras mayas, escuchando una y otra vez la pronunciación de vocabulario sobre el cuerpo humano, animales, plantas y un sinfin de material que ha programado, y pienso también en la gente que se acercaría a la lengua maya de una forma sencilla, gráfica y divertida.
A pesar de los obstáculos financieros y de tiempo, lo que me presenta me parece muy funcional. Le comento que me encantaría que mi sobrina y sus compañeros de clase tuvieran la aplicación y pudieran practicar su maya. Me responde que a él también y que le gustaría mejorarlo para distribuir una versión más completa:
Comparto la idea de muchos que no quieren que se pierda la lengua, sin embargo veo que muchos sólo son palabras, no hay hechos. En mi caso son hechos pero no hay palabras ni dinero, muchas veces he llevado solicitudes a diversas instituciones, me han prometido mucho, pero al final nada
Pienso en estas dos oportunidades de fortalecimiento de la lengua; por una parte, la gente que está motivada para aprender maya, y del otro lado, la gente preparada para compartir su lengua, como en el caso de Juan. Son dos escenarios existentes, que pueden cruzarse si vinculamos la gestión social que recae en quienes tenemos los contactos, las puertas y las voluntades de visibilizar los esfuerzos escondidos.
Por el momento, Juan está a la espera del dictamen de una convocatoria, en la que participó con su proyecto de curso online de maya, y añade que, si los resultados no le favorecen, seguirá trabajando y tocando puertas hasta ver sus proyectos concretados y difundidos.
2 Comentarios
Felicidades por estos esfuerzos.
¿Hay alguna manera de conseguir el software que se tiene hasta ahora?
Saludos
Aldo
Gracias excelente opcion