Conoce las historias de la nueva generación de becarios y becarias que están cambiando el mundo digital de las lenguas mayenses y que este 2023 formarán parte del Programa de Activismo Digital de Rising Voices.
Kolaval (gracias en tsotsil) una palabra que me permite valorar las oportunidades, los buenos y malos momentos que me regala la vida. Me llamo Estrella Irene Hernández Pérez, tengo 24 años. Me identifico como una mujer Zinacanteca, del municipio de Zinacantán, Chiapas, México.
En mi territorio la mayoría de los habitantes somos hablantes de la lengua maya tsotsil, al salir a las calles tenemos la costumbre de saludarnos siempre en nuestra lengua. Podemos respirar aire puro que nos brinda la naturaleza porque estamos rodeados de cerros sagrados llenos de árboles. Mi comunidad se viste de colores por las artesanías y las flores que se producen y son plasmadas en los trajes típicos.
Mi lengua significa una herencia ancestral, enraizada a mi lugar de origen. Durante muchos años me ha llenado de amor y orgullo el poder decir que soy hablante de la lengua tsotsil. Mi lengua es el cimiento de mi vida, representa una forma de comunicación y construcción de saberes con otras personas sabias de mi comunidad. Mi lengua es mi raíz.
Para mí, es importante realizar trabajos en tsotsil para que más personas se den cuenta que hablar una lengua originaria es un privilegio y no un obstáculo para salir adelante. Yo suelo platicar con mis abuelos y abuelas acerca de la historia de mi comunidad, historias de vida y leyendas que inclusive sus abuelos les contaban de niños. A partir de esto, pude ver lo sabias y valiosas que son las historias de nuestros abuelos, historias que muchos de los jóvenes desconocemos.
Mi activismo, contar las historias desde nuestra lengua.
En Zinacantán se han realizado muchas investigaciones por extranjeros donde nuestras historias y leyendas son relatadas en la lengua castellana y traducidas al inglés, ahora es momento de realizarlas desde nosotras mismas, las personas que integramos la comunidad. Documentar estas historias en nuestra lengua tsotsil es importante para que nuestra lengua no quede en el olvido.
Mi activismo comenzó hace algunos años cuando formé parte de un grupo de teatro en mi comunidad, donde se relataban historias y leyendas en lengua tsotsil y fue ahí donde me di cuenta de la importancia de mi lengua y de la información que se obtiene al tener la oportunidad de hablar una lengua originaria. También, he trabajado en la traducción de algunas secciones de una investigación sobre migración de mujeres tsotsiles que viven en Querétaro, donde reconocí el poder de hablar una lengua, ya que me dio la oportunidad de saber y conocer otros temas y las dificultades que se viven en nuestro país, como la situación de mujeres migrantes y la falta de empleo.
Ahora por primera vez voy a trabajar con medios digitales a través del Programa de Activismo Digital de Lenguas Mayenses, en donde enfocaré mi esfuerzo en el proyecto “ach’ ch'ieletik” que implica enseñar a niños y jóvenes de la comunidad de Zinacantán a escribir la lengua tsotsil, apoyándome de materiales didácticos y dinámicas entretenidas. La intención es que puedan estructurar y desarrollar cuentos infantiles que serán transformados en videos animados con títeres, que serán difundidos por distintas plataformas digitales. Adicionalmente, realizaré una documentación de audios donde abuelos y abuelas de la comunidad van a narrar historias y leyendas a los niños y jóvenes, para que en un futuro estas nuevas generaciones puedan seguir hablando y conservando las historias de su comunidad, a través de su lengua.
Decidí hacer acciones por mi lengua porque veo que los niños y jóvenes le dan más importancia a la lengua castellana, bajo las ideas de progreso las nuevas generaciones solo quieren sostener conversaciones en español. Esta situación también se reproduce en casos de familias migrantes, que se van a vivir a la ciudad en donde los niños dejan de hablar su lengua por entrar al escuela en un contexto urbano. Cuando estas infancias regresan a la comunidad o visitan a sus abuelos ya no hay una buena comunicación y hace que el conocimiento y la cultura de la comunidad se vaya perdiendo.
El camino de la lengua tsotsil
Me gustaría que en Zinacantán los proyectos, trabajos educativos y programas sobre la lengua tsotsil se conviertan en un intercambio enriquecedor de conocimientos y experiencias, permitiendo que más jóvenes y niños se involucren. Considero esencial promover procesos de aprendizaje arraigados en nuestros propios conocimientos y liderados por las propias comunidades de hablantes. Juntos podemos seguir impulsando que se reconozca la igualdad y diversidad cultural que hay en México, en donde todos los pueblos deberíamos ser iguales.
Deseo enviar un mensaje a los niños y jóvenes de mi comunidad, así como de otros territorios para que sepan que todas las personas tenemos el potencial de unirnos al activismo digital para promover nuestra lengua en todos los espacios posibles. Hoy en día la mayoría de personas cuenta con herramientas tecnológicas, aunque muchos lo cataloguen como una distracción o pérdida de tiempo, es momento de cambiar esa forma de pensar y demostrar que somos capaces de contribuir a preservar nuestros conocimientos a través de herramientas digitales. Promover nuestra lengua es demostrar nuestra propia identidad, para que nunca nadie tenga que sentirse avergonzado por su lugar de origen, ni su lengua, sino más bien sentirse orgullosos de donde vienen.
Considero esencial que las lenguas originarias estén presentes en todos los espacios, incluyendo los digitales, para que las personas de la comunidad vean representada su lengua y que las nuevas generaciones quienes se han enfocado en el uso de las redes sociales, puedan verse y escucharse en esos espacios. Mi mayor objetivo es poder combatir la discriminación que los pueblos originarios hemos vivido a lo largo de muchos años y poder alzar nuestra voz para nombrar que mi lengua sí existe y sigue viva.